Maria/Antaŭparolo
Los Elitores, al publicar la novela que vá á leerse , creen ha
cer un servicio á los que cultivan y aman la bella literatura .
Un compatriota del autor, el Sr. D. Jerónimo Ossa , ha tenido
la bondad de remitirnos el único ejemplar existente en Chile ,
lugar de su residencia , animado por el deseo de que la obra
sea conocida en la República Arjentina . Se lo agradecemos
eordialmente, y estamos seguros de que se lo agradecerán con
entusiasmo todos aquellos bajo cuyos ojos caiga en la estacion
del idilio febril.
La Maria es admirable , pero ¿qué es?
No encontramos en ella ni un soplo de Shakespeare ni un soplo de Dickens, ni menos y por fortuna un soplo de Dumas . Maria es una niña : niña de cualquier pais, de cualquiera sociedad, con tal de ser niña. Efraim es un jóven capaz de pensar y querer fuertemente, pero á quien conocemos en el crepúsculo de su virilidad , amando como todas las naturalezas de su temple , cuando no han sido labradas por el rozamiento brutal de la traicion ni de ninguna entre las miserias arrogantes y agresivas que sombrean los caracteres: amando esplosiva y anjélicamente. El teatro de sus amores es nuevo y espléndido: nuevo para el arte , espléndido para la pasión . Pero ni los graves perfiles del Cauca ni la indefinida serenidad de la pampa prestan elementos al drama, cuando no intervienen en él pasiones que se chocan y le anudan y cuyo desarrollo le desenlaza en la catástrofe ó en la suprema delicia . Esta lucha no existe en la Maria. El grupo de sus actores es un grupo hermoso, demasiado hermoso , demasiado monótono en su belleza para que pueda llenar las condiciones dramáticas de la novela. ¡Qué tremenda cosa seria la vida sin la prespectiva , mas ó menos lejana y tétrica , de la muerte ! ¿ Cómo podrian resaltar la virtud y la fuerza sin el contraste del vicio y de la debilidad .
El teatro y la novela pueden asumir infinitas formas ; pero jeneralmente obedecen al imperio de la habitud en el autor , y en este caso revisten un jenio nacional. En la novela francesa domina por lo comun el elemento social ; y ella reproduce preferentemente cuadros de costumbres, estados morales característicos del pais en momentos dados , vicios jerárquicos , aspiraciones politicas ó económicas ; porque en Francia se vive casi siempre bajo la influencia de la atmósfera esterior y el poeta siente y piensa arrebatado por las fuerzas difusas de las cuales se alimentan. En la novela y en el teatro ingleses sobre-abundan los tipos orijinales y vigorosos que constituyen el drama por su simple movimiento, por la accion y el combate de la pasion que caracteriza á uno ó dos personajes que atraen á sí toda la atencion y todos los elementos que se les relacionan ; porque la Inglaterra es un pueblo esencialmente. individualista , en que cada uno piensa con sus sesos , y obra bien ó mal , segun que acierte ó se equivoque en la manera de entender la vida y de concebir el deber.
Sinembargo, pueden estas obras literarias emanar de una inspiracion eminentemente sujetiva á impulsos del sentimiento que contiene mayor fecundidad poética. Entónces teneis á Werther; á Atala , á Pablo y Virjinia, á Graziella á Maria.
Descartemos á Werther. Es el abismo bañado por un rayo celeste. Aquel amor es estático y vertijonoso ; ensancha un corazon y le estruja; compendia el drama en el misticismo y el spleen , en el arrebatado de la inmortalidad y el delirio del suicidio . La Atala es obra de imajinacion, de imajinacion pura y no sujeta ni complicada por los arranques de una sensibilidad inspiratriz. Obra grandiosa y espléndida sin duda y que responde á un estado psicolójico del poeta ; pero que no tiene ni la sencillez, ni la ternura , ni el candor de Pablo y Virginia , de Graziella y de Maria .
En la Graziella de Lamartine la catástrofe viene de las influencias sociales. St. Pierre y Isaacs han criado una accion mas simple. Sus obras invitan al paralelo. Una y otra son el idilio interrumpido por la muerte . Dos almas igualmente puras que se entregan reciprocamente con la lozania de su único amor, viven de los deleites de la esperanza y son separadas en la tumba .
Los esplendores de aquellas dos vidas y las amarguras de aquellas dos muertes se encuadran, digámoslo así, en los espectáculos soberbios de dos pedazos de tierra exornados con todos los lujos de la naturaleza.
Dada la prioridad de Saint-Pierre parece que su gloria , resistente al tiempo y á las variaciones del gusto , hubiera de eclipsar la de Isaacs , privándole del mérito de la orijinalidad á que nunca es insensible la crítica. Sinembargo , la sencillez misma del tema destruiria esa observacion. Ninguno de ambos poetas lo ha criado : es un fenómeno eternamente reproducido mientras el corazon humano ame y necesite amor. Su concepcion no requiere esfuerzo. Son los accesorios del cuadro y la pintura del detalle los que dejan campo al trabajo de la imajinacion; y en ese punto los dos libros difieren entre sí, ya por los caracteres del teatro , ya por los rasgos empleados para espresar el orijen y el crecimiento de la pasion que constituye el fondo del romance. Nada tiene Isaacs que perder en este paralelo .
Por lo demás reputamos superior la Maria al Pablo y Virjinia. Esta encierra una tendencia doctrinaria, y es una forma especial y pintoresca dada por Saint-Pierre á su propaganda exajerada y quimérica en favor del estado de naturaleza, espuesto con otros tonos y colores en sus Armonias, en la Cabaña Indiana, etc. La María, es simple y puramente la historia del amor de dos jóvenes . De aqui su limpieza de toda invectiva contra la sociedad y de toda disertacion .
Pablo sucumbe á su dolor despues de la muerte de Virjinia , y la narracion de su vida pierde brillo y movimiento al pasar por los lábios de un anciano misántropo , cuyas reminiscencias amorosas no podian prestarle el fuego y el colorido que tendria en boca del héroe mismo . Esta circunstancia es gravísima si se tiene en cuenta las condiciones de verosimilitud exijidas por el arte cuando refleja la emocion recóndita y los profundos misterios de una pasion. En todos los romances de su jénero la accion se personifica jeneralmente en el narrador obedeciendo á esta exijencia.
Embebido, pues, el poeta en sus elucubraciones filosóficas, y puesta la historia en lábios de un espectador lejano, no podia esperarse que el amor de los héroes fuera espresado por la reproduccion fiel de fenómenos íntimos y de los mil episodios en que se descubren, triviales y sin significado para quien los mira sin se inspirado por la iluminacion interna. Así nada hay en los amores de Pablo y Virjinia característica ui esclusivamente humano. Su amor es el amor de dos niños ó de dos pájaros ó de dos flores: es la atraccion de la fuerza armónica y fecundante de la naturaleza .
La narracion de Isaacs es humana, circunstancial , gráfica . El héroe cuenta su amor y su amargura. Ninguna fibra del alma deja vibrar en su dolorosa historia, ningun incidente esterno olvida , y todo es eficaz, porque todo es sincero : se siente en ella una vitalidad palpitante, y predispone al lector por no sé qué modificacion simpática de la sensibilidad , á reproducir como una lámina brunida y sonora las iluminaciones y los acentos de la pasion narrada. Hiere todas las fuentes de nuestros propios amores y nos reimpregna en su caudal estremeciendo todas las cuerdas de la emotion. Nos hace penetrar en el misterio de aquellas almas cándidas y fuertes, en todas sus ilusiones, sus congojas, sus zozobras, sus agüeros, sus presentimientos y sus esperanzas, desde el nacimiento hasta el estrago de su fé. La Maria es mas fuerte que toda indiferencia y que cualquier escepticismo. Lamartine ha dicho. que las lágrimas de Virjinia y de Pablo serán siempre contajiosas para ojos de veinte años. Por nuestra parte trasladariamos de buena gana este elocuente tributo de admiracion al autor de Maria.
Apesar de la sencillez del episodio, hay en la catástrofe de la Maria una singularidad que la diferencia ventajosamente de Pablo y Virjinia - El naufrajio es un espectáculo que cautiva, pero la muerte producida por él, y consiguientemente inesperada, no es un resorte dramático Maria sucumbe á una enfermedad hereditaria, cuyas primeras esplosiones amargan las primeras horas de su amor. Su muerte es por consiguiente, presentida, esperada. El amor de los jóvenes lucha contra aquella sombría perpectiva , y cuando en la efusion de sus alegrías la alejan por intérvalos, el ave negra les suscita dolientes supersticiones que la reproducen y la fijan tenazmente en su horizonte .
Por fin, la Maria resiste el paralelo respecto de la grandeza y el color de las descripciones de la naturaleza, y escede, cuanto lo hemos notado , en la concepcion del plan , en la sencillez y la eficacia de la narracion, al romance de Saint-Pierre tenido hasta hoy por el modelo de su jénero y sustituido en adelante, si no nos equivocamos mucho, á lo menos en América, por la admirable creacion del poeta colombiano .